En un artículo anterior ya mencionamos que los vecinos del Patio Maravillas no queremos la cabina. La razón fundamental por la que no queremos la cabina es el riesgo que supone para nuestras vidas y viviendas.
Los dos incendios que ha sufrido podrían haberse expandido a nuestras casas.
Haciendo gala del cinismo que el Patio Maravillas aplica en todos sus actos y comunicados volvió a ponerla en funcionamiento la víspera del Hackmeeting sin escuchar a los vecinos.
Ya son cientos de veces que la cabina ha sido dañada y el Patio Maravillas ha restaurado su funcionamiento. Parece haberse convertido la situación en un entretenido juego de niños o un pulso entre vecinos y ocupas para ver quien tiene más paciencia o tenacidad.
Por su puesto, la desesperación en la que nos encontramos nos ha dado tanta capacidad de resistencia que, desde el nacimiento de este blog y la publicación del primer video-denuncia, somos cada día más y más fuertes y no pararemos de luchar.
Cada vez que la cabina sea restaurada, será desmontada por algún vecino porque es el lugar menos protegido del edificio, donde ya ha recibido varios ataques con incendios que han puesto en peligro nuestras vidas, es utilizada de madrugada para hablar a gritos y en ese hueco se consumen drogas.
El Patio Maravillas debe desmontarla, proteger aun más el hueco para hacerlo ignífugo como el resto de la fachada, y hacer incómodo el hueco para que sus visitantes no puedan utilizarlo para consumir pegamento. Salvo que el Patio Maravillas apoye que ocurra todo lo que describimos y entonces quede claro que lo de trabajar con los vecinos siempre fueron patrañas para ganarse la buena prensa.
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